Por sus condiciones fisiológicas, presencia de varias enfermedades (comorbilidades) y dolencias, el adulto mayor demanda más atención médica que lleva en ocasiones a un consumo excesivo de medicamentos, ya sea por prescripción médica o automedicación, condición conocida como síndrome de polifarmacia.

El síndrome se presenta con el uso de cinco o más medicamentos durante el día, ya que a partir de este número podría existir riesgos para la salud. Puede presentarse por la duplicidad de medicinas para una misma enfermedad, debido a que por lo regular consultan a distintos médicos y no tienen el listado completo de todos los fármacos que están utilizando o no recuerdan los nombres.

De acuerdo con datos de la OMS, los adultos mayores consumen en promedio 4.27 fármacos por persona y cerca del 15% de los casos no están indicados de forma apropiada. El uso simultáneo de varios medicamentos es una situación habitual en este sector de la población, pero si no se controla podría significar daños en la salud, dando lugar a las llamadas interacciones farmacológicas, que son la interferencia que un medicamento puede provocar sobre la acción de otro y de esta manera disminuir el efecto farmacológico esperado.

Las comorbilidades inducen mayor riesgo en el paciente, ya que pueden afectar la absorción, excreción y metabolización de fármacos. Se estima que aproximadamente 30% de todas las hospitalizaciones de los adultos mayores están relacionadas con los medicamentos: inadecuada selección del fármaco, reacciones adversas, incumplimiento en la toma, interacciones, uso de fármacos sin una indicación apropiada y sobredosis, colocándose dentro de las primeras causas de morbilidad.

Esto aunado a que conforme envejecemos el cuerpo procesa los medicamentos de manera diferente, los riñones, por ejemplo, pueden no funcionar tan bien como antes y esto puede significar que el medicamento permanezca en el organismo durante más tiempo y, en consecuencia, llevar a niveles peligrosos de medicamento dentro del sistema.

Por eso es recomendable que los adultos mayores acudan al médico por lo menos dos veces al año para revisar cada una de sus terapias. Deben indicar todos los medicamentos que tiene en uso (venta libre y con receta), incluyendo vitaminas, suplementos alimenticios y productos herbales, ya que podrían intervenir en la efectividad con algunos fármacos.

También es importante dejar a un lado la automedicación, mantener los medicamentos organizados (verificar constantemente la caducidad de los mismos), anotar la hora de la toma y hacer preguntas acerca de cualquier fármaco nuevo que le receten, para conocer las contraindicaciones.

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